miércoles, 27 de enero de 2010

No es una experiencia personal!!!

Eran ya las cinco y media de la mañana y Santiago sentia que una vez mas iba a llegar tarde al trabajo. Cada dia, pensaba Santiago, hago mas tiempo en llegar a trabajar y lo peor es que tambien cada dia llego mas tarde, un dia de estos me van a correr.

Su pelo mojado por el baño que recien se habia dado, le recordó que aun tenia que peinarse, otros cinco minutos mas en eso, ¿y si me voy peinando en el camion? ¿Y si mejor no me peino?, pensaba Santiago mientras apresuradamente terminaba de vestirse. Martha, le pedia una toalla para secarse.

Santiago podia apreciar la figura de Martha a traves de la cortina de la regadera. Ella la abrió para recibir la toalla. Era una mujer hermosa. Su rostro y su cuerpo mojado lograron que en una fracción de segundo Santiago experimentara una erección y de inmediato quiso sacarla del baño para llevarla a la cama. Apurate, le decia Martha, se te va a hacer tarde para el trabajo y yo tambien tengo mucha prisa. Santiago salió un poco desilusionado y casi a empujones del baño, pero esto logró que recordara su rutina y el apuro por salir cuanto antes de su casa.,- Voy a llegar tarde de nuevo, gritaba ya mientras finalizaba con su ritual de cada mañana. Acomodaba algunos papeles desordenados para meterlos a su portafolios, buscaba las llaves para abrir la puerta y contaba su cambio para pagar el pasaje.

Martha tranquilamente sentada a la orilla de la cama solo iluminada por la leve luz de la lámpara detras suyo, se llenaba de crema las manos para lugo untársela, serenamente, primero por sus delgados brazos y sus delicados hombros. Un poco mas de crema y las manos acariciaban ahora sus senos y sus pequeños pezones que debido al frio despues del baño estaban a su maxima altura. Santiago no podia dejar de admirar aquella escena. Pensaba que su esposa era un ángel y que esa mañana habia tenido la oportunidad de contemplarlo a sus anchas. Le parecia que ese cuerpo delicado y tierno era su responsabilidad y que nunca tendria que dejar que nada malo le sucediese, pero, cuando Martha se incorporo de la cama y empezo a untar sus largas y finas piernas con la crema, una ola de calor lo sacudió de pies a cabeza y ahora, acompañado por la erección perdida hacia unos momentos, los sentimientos de pureza y protección que sentia, fueron sustituidos por un instinto animal que lo único que le indicaba, era sujetar a esa preciosa hembra que tenia al frente y poseerla como nunca lo habia hecho. Martha, como sabiendo de las intenciones de su esposo, se dió vuelta, dejando con esto al descubierto su espalda y sus hermosas nalgas, provocando asi el inminente embate de su macho. Tienes que irte a trabajar y yo no me siento con mucho ánimo, dijo casi burlonamente Martha, te prometo que en la noche, cuando llegues, te doy lo que quieras.

Un poco frustrado y muy ansioso, Santiago se despidió de Martha con un tierno beso en la mejilla y salió corriendo porque su camión estaba a punto de dejarlo. Claro que correr con papeles en una mano, el portafolios en la otra y un bulto hinchado entre las piernas hicieron difícil el abordar el autobús.

En el trayecto a su oficina, Santiago pensaba en lo consiente que era su esposa ya que prefirió dejar a un lado el placer para que ambos pudieran cumplir con sus obligaciones laborales. Las presiones del trabajo golpeteaban en la cabeza de Santiago y este enlistaba sus pendientes. Pedidos, formatos, entregas, reuniones y el informe. El informe que habia estado preparando toda la noche. El informe que le costó dormir en el sillón para no molestar a su esposa. El informe que arrojó al suelo cuando decidió avalanzarse sobre Martha para hacerle el amor mientras ella se untaba crema. -Olvidé el pinche informe en la casa!!! Es muy tarde como para regresar por el, pero sin no lo presento me van a aventar a la calle con todas mis cosas. Entre empujones y apretujones, logró descender del camión y cruzó a la acera de enfrente impaciente por que pasara el transporte de regreso a su casa.

Entró a su casa apresuradamente en busca de los documentos y no fué sino hasta que tropezó con un par de zapatos tirados en la sala, en que se dió cuenta de que su mujer seguia ahi. Las luces de la recamara estaban encendidas y escuchaba voces. -Seguro tambien se le hizo tarde y está llamando a su oficina para avisar, pensó Santiago mientras levantaba del piso los zapatos con los que acababa de tropezar, pero al tenerlos de cerca y examinarlos se dió cuenta de que no eran de suyos. Inocentemente extrañado subió hacia la recamara para preguntar a su esposa de quien eran, pero al hacerlo escuchó no una voz al telefono como pensaba, sino dos voces diferentes, una de ellas era la voz de un hombre. Se quedó pasmado a la mitad de la escalera. Las voces se convirtieron en leves jadeos y suspiros que le confirmaban lo que pensaba. - Eta cabrona esta cogiendo con otro guey, por eso tenia tanta prisa en que yo me fuera, voy a matar a golpes a esa hija de puta y a ese desgraciado.

Santiago respiró profundo y arrancó en una carrera para llegar a la recamara, pero al encontrarse delante de la puerta las cosas cambiaron. Por el resquicio de la puerta mal cerrada pudo ver el interior de la habitación. Las luces estaban encendidas, pero no la lámpara que minutos antes habia iluminado tan majestuosamente a su mujer.

Martha estaba desnuda, tendida boca arriba sobre la cama y sujetaba sus piernas para abrirlas lo más posible. Sobre y en medio de ella, un hombre con un cuerpo musculoso la penetraba salvajemente. Santiago, parado frente a la puerta, estaba lleno de odio y coraje, queria lanzarse sobre ellos, pero su cuerpo estaba paralizado, no podia mover un músculo. Experimentaba una furia nueva, estaba confundido. Hasta hace unos escasos momentos, él se habia propuesto proteger, cuidar y velar por la tranquilidad de esa mujer, y ella ahora lo mataba lentamente, sin ningun tipo de piedad o compasión, ¿porque?, se preguntaba? sus ojos se llenaron de lágrimas pero tambien sintio que la erección reprimida mas temprano por la misma mujer que ahora lo traicionaba volvia a presentarse, solo que esta vez con mayor fuerza, sentia que su miembro le iba a estallar.

Su mente estaba nublada y a la vez se sorprendia de sentirse tan excitado por la escena frente a él. EScuchaba como los latidos de su corazon y su respiración agitada se conjuntaban con los gritos y gemidos de su esposa y sentia como el cuarto se llenaba de ruido por la fuerza con lo que lo hacia, como si no le importara que la escucharan en la calle.


Decidió terminar con la escena, tomó su telefono celular y marcó el número de la casa. Martha al escuchar el timbre, se liberó de aquel hombre, se sentó de nuevo en la orilla de la cama y contestó. El identificador de llamadas mostraba el número de Santiago, pero éste, debido a la confusion en general, optó por no decir nada y colgó. A Martha le preocupó sobremanera esa llamada. Tenia planeada una coartada por si alguien llamaba mientras ella cumplia con sus “compromisos extramaritales”, pero jamas esperó una llamada de su esposo, lo cual la angustió mucho. Anda vistete, le dijo al hombre, tenemos que salir de aqui enseguida.

Santiago pensó que su plan habia funcionado, todo habia terminado. Pero su sorpresa fue enorme cuando escucho a su esposa decir, bueno, tenemos que irnos rapido pero aun podemos terminar. Asi que le pidió a ese hombre que se acercara a ella, tomo su pene entre sus manos y lo acarició, primero con delicadeza y después furiosamente, para de repente tragarlo en casi toda su extensión. El hombre con los ojos cerrados le decia que era una maestra, que nunca habia conocido a nadie como ella. Martha nuevamente tomó la iniciativa y se acomodó de rodillas al borde de la cama, pidiendole que terminara lo mas rápido que pudiera sin advertir que todo estaba siendo contemplado por su esposo.

Un remolino de sentimientos invadian el corazón y la mente de Santiago. Sobre todo porque se habia percatado que su enojo inicial poco a poco habia quedado atras envuelto por la inmensa emoción de ver a su mujer con otro hombre, incluso se sorprendió cuando sus manos dejaron de secar las lágrimas de sus ojos y ahora se concentraban en acariciar su pene, el cual habia alcanzado dimensiones que nunca se hubiera imaginado. Los gritos de su mujer se oyeron de nuevo retumbar en el cuarto, las embestidas que recibia y que hacian saltar sus redondas nalgas anunciaban inequívocamente que estaba proxima a alcanzar un orgasmo.

Martha levantó la mirada y se encontró con los ojos de su esposo, quien la veia tierna y lujuriosamente, tal como lo hacia antes de que lo rechazara esa mañana, mientras él se masturbaba cruelmente.

En un momento, los engaños, los sentimientos encontrados, las mentiras, el odio y el amor se sincronizaron perfectamente para alcanzar el climax absoluto. Ella gritó de placer al sentir como todos los musculos de su cuerpo se contraían en el mismo instante en que veia salir del pene de su esposo, una espesa y abundante cantidad de semen que caía alborotadamente en el piso y sentia otro embate de la misma naturaleza en sus entrañas.

Todo quedo en silencio por un par de segundos hasta que Martha devolvió a todos a la realidad. De un salto se levantó de la cama y comenzó apresuradamente a vestirse, ordenandole a su amante que hiciera lo mismo.

Santiago corrió rapidamente al estudio y se escondió debajo de su escritorio, no sin antes aventar el par de zapatos de su colega de amores a la sala. No podia explicarse lo que habia sucedido, lo que habia sentido. Nunca imaginó que una situación de esta magnitud pudiera presentarse en su vida. Logró tranquilizarse un poco cuando escuchó que cerraban la puerta de la casa y el silencio reino de nuevo. Se sabía solo, asi que salió de su escondite, se aseo un poco y decidió irse tambien. Se subió al camion que pasaba frente a su casa y su mente quedó en tinieblas. -Que pendejo soy, dijo con un tono casi inocente, volví a olvidar el puto informe en la casa.

Antes del final. Aldo Luis Novelli


Estoy solo.
Quiero escribir todas las páginas del mundo
leer la cifra secreta oculta en el agua primordial
cantar el canto nuevo de la nueva humanidad/
cantar sin tiempo un canto de lluvia y empaparme la cara
y la sangre de agua fresca/ del agua clara que baja de la cima.

Y me pregunto: ¿por eso estoy aquí?
en medio del desierto rodeado de gente que no conozco.
¿Conozco esta gente? ¿me rodea y me habla a mí? ¿a quiénes hablan?

Quiero decir estos poemas con la voz de un pájaro y el zarpazo de un tigre.
¿Qué son estos poemas? ¿qué es eso que llaman poesía?
Clasificar el mundo y sus objetos
y ponerle número a cada cosa es la religión de los tiempos.
Una legión de fanáticos caminan detrás de los objetos.

El arte es el opio de los pueblos dicen los nuevos pastores
¿existe el arte? ¿el pueblo?
¿dónde están los pastores de este inmenso rebaño de ovejas?

¿Por qué estoy aquí? ¿por qué aquí y no allá?
allá donde el sol broncea el cuerpo de felinas mujeres
o más allá/ donde el hombre inventa distintas muertes cada día/ todos los días.

Estoy solo/ busco amor.
Quiero ser el amado.
¿Me alcanzará?
¿Me alcanza esta soledad para escribir el poema total?/
ese aleph/ ese inalcanzable.
¿O el amor y el deseo de una dulce obrera del mercado
es el fin de todas mis utopías?
naranjas papas y manzanas en sus manos sucias y sus jugos en mi cuerpo
y sus ojos admirando mi palabra/ mis sombras/ mis castillos de humo.

¿Para qué nacer amar desamar y morir? ¿para qué Dios de los vencidos?
dime Dios ¿para qué?

Quiero ser el amado/ el bienamado/ el más amado.
¿Y el paraíso terrenal/ la revolución/ la súper hembra/ el gran polvo?
y buscarte en lo alto/ más alto que los fatuos cielos

¿dónde estás padre?
¿Y los hombres/ la libertad/ los ideales supremos/ la loca utopía…?
¿Qué hago acá en este punto infinitesimal del cosmos
intentando trascender con palabras demasiado gastadas?

¿Y los hijos? ¿y esta sangre que me sucede como revolución ansiada?
Hombre que inventa religiones/ mecanismos/ discursos/ fantasmagorías
¿por qué y para qué el poema? ¿dónde la poesía?
¿ese arco tensado entre dos estrellas ilusorias?
¿dónde la flecha que atraviesa esta eternidad de instantes?

la poesía: esa oscuridad/ luz/ pensamiento/ genio encerrado en una botella/ todo y nada.
¿Detendrá mi palabra algún día la bala del suicida o el asesino?
¿es necesario el poema/ el poeta/ el inventado/ para detener esa bala?
¿justificará ese instante el poema?
¿la miseria del mundo/ el hambre/ la muerte sin sentido?

Estoy solo/ sin padres/ sin hijos/ sin amada en medio de la noche cósmica.
Estoy temblando.
Voy a morir.

¡Pero antes voy a salvarme!
¡Antes escribiré el poema que frenará la bala
de la infinita tristeza del hombre!

Aldo Luis Novelli Poeta, cuentista y ensayista nació el 4 de marzo de 1957 en la ciudad de Neuquén, Argentina.

El Borracho. Aldo Luis Novelli

 
bebía mi tercer cerveza en un bar de malamuerte
cuando se acercó arrastrando los pies

- ¿me daría unas monedas, señor?
- ¿y para que son, amigo?
- bueno, le aseguro que no son para comprar un litro de leche
- bien, y dígame ¿qué hace usted de su vida?
- beber ¿y usted, señor?
- yo… soy poeta… creo
- ah, no está muy seguro, yo estoy seguro de ser borracho.
- de acuerdo ¿y qué hace un borracho cuando está sobrio para hacer de éste mundo perverso y absurdo un lugar mejor?
- mire, señor, yo no se muy bien la diferencia entre estar sobrio o borracho, pero de algo estoy seguro, los sobrios destruyeron el mundo
- tiene razón, amigo, el poeta es usted, tome este billete pero con una condición: no lo vaya a gastar en leche

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